El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y otros centros de investigación españoles han desarrollado un nuevo compuesto antiviral de amplio espectro basado en el quitosano, una sustancia derivada de la quitina presente en el caparazón de los crustáceos. Este compuesto ha demostrado ser eficaz contra infecciones respiratorias virales como el coronavirus SARS-CoV-2 y el virus respiratorio sincitial (VRS). El antiviral actúa como un "señuelo" que impide que los virus se adhieran a las células epiteliales, bloqueando la entrada viral de manera irreversible.

Las investigaciones, publicadas en Communications Biology, revelan que este fármaco inhibe la infección por diversas variantes del SARS-CoV-2 y distintas cepas del VRS. Experimentos en cultivos celulares y en modelos de infección en ratones mostraron que el compuesto no solo previene la infección cuando se administra antes de la exposición al virus, sino que también es efectivo como tratamiento posterior, reduciendo significativamente la carga viral en los pulmones de los animales tratados. Además, se ha comprobado su seguridad tras la administración reiterada por vía intranasal y su eliminación del organismo en aproximadamente 48 horas, lo que sugiere su potencial para aplicaciones repetidas. Su base en el quitosano, un polímero natural abundante, facilita su producción a gran escala y abre la posibilidad de desarrollar aerosoles nasales o inhaladores para la prevención y tratamiento de futuras pandemias e infecciones respiratorias estacionales.