El gasto sanitario público en España ha crecido hasta el 7,2% del PIB en 2024, aunque sigue por debajo del promedio de la eurozona (8,9%). El gasto per cápita en sanidad es de 2.036 euros por habitante, un 41,3% menor que el promedio europeo. La presión sobre el sistema aumenta debido al envejecimiento de la población, con una mayor demanda en atención crónica y dependencia. Mientras que la inversión en medicamentos en atención primaria sigue contenida, en los hospitales ha crecido significativamente, ya que 4 millones de pacientes consumen el 70% del gasto farmacéutico.

En términos de actividad, la sanidad española es altamente demandada, con más de 385 millones de consultas en 2023, de las cuales el 70% fueron presenciales y el 30% teleconsultas. La atención hospitalaria sigue ocupando un papel clave, con 3,5 millones de cirugías y 4 millones de altas hospitalarias en 2022. Sin embargo, el sistema enfrenta saturación en urgencias, con un aumento del 6% en el sector público y del 27,4% en el privado. A pesar del crecimiento del gasto, España continúa por debajo de la media europea en inversión sanitaria, lo que refuerza la necesidad de optimizar recursos y mejorar la sostenibilidad del sistema.