La industria farmacéutica enfrenta el reto de equilibrar la rentabilidad con la sostenibilidad en un mercado altamente regulado y competitivo. La producción y eliminación de medicamentos generan un impacto ambiental significativo, con contaminación del agua, emisiones de gases y problemas en la gestión de residuos. Para mitigar estos efectos, muchas empresas están adoptando estrategias como la química verde, la reducción de residuos y la economía circular. Sin embargo, mientras que las grandes farmacéuticas pueden destinar recursos a estas iniciativas, las compañías más pequeñas enfrentan dificultades económicas para implementarlas.

Los marcos regulatorios y la ubicación geográfica influyen en la sostenibilidad del sector, ya que las normativas más estrictas impulsan mejores prácticas. Sin embargo, la falta de estándares globales dificulta la transparencia en la evaluación de sostenibilidad. Iniciativas como la Iniciativa de Reporte Global y el Consejo de Normas de Contabilidad de la Sostenibilidad buscan estandarizar la divulgación de información, aunque su adopción sigue siendo un desafío. Además, el sector enfrenta problemas como el greenwashing y la complejidad de la cadena de suministro, lo que hace que la sostenibilidad siga siendo un reto clave para la industria.