Expertos analizan en un simposio los beneficios de los tratamientos biológicos de nueva generación.
La compañía farmacéutica Janssen ha organizado un simposio con el objetivo de analizar la aportación de la inhibición de la vía IL23 en el tratamiento de la psoriasis en la práctica clínica real y en la calidad de vida del paciente.
Antonio Martorell, responsable de la consulta especializada en patología inflamatoria cutánea del servicio de Dermatología del Hospital de Manises, explica que con los tratamientos biológicos de nueva generación ya es posible conseguir una elevada eficacia y, además, prolongarla durante el mayor tiempo posible, lo que contribuye a mejorar la calidad de vida de los pacientes gracias a dosificaciones cada vez más cómodas y a un aceptable perfil de seguridad.
"En concreto, con guselkumab (Tremfya), el primer fármaco inhibidor selectivo de la interleuquina 23, clave para la psoriasis, hemos visto en la práctica clínica real que el 69 por ciento de los pacientes alcanzan una enfermedad prácticamente controlada en la semana 12. Esta eficacia va a acompañada de una persistencia de la eficacia a largo plazo".