Cristóbal Morales (SEEDO) recuerda que aparición de los agonistas de GLP-1 y los inhibidores de SGLT-2 han marcado una innovación sin precedentes en la diabetes tipo 2
“Han pasado 102 años desde que Leonard Thompson recibió la primera administración de insulina, y desde entonces permanece encendida en Toronto una antorcha de esperanza, que solo se apagará cuando logremos la cura de la diabetes”, expresa a El GlobalFarma Cristóbal Morales, vocal de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, recuerda que la insulina ha sido un pilar fundamental, salvando millones de vidas. A lo largo de este periodo, explica Morales, las formulaciones de insulina han mejorado y se han adaptado cada vez más a las necesidades de los pacientes. Sin embargo, “en la última década hemos presenciado una auténtica revolución en el tratamiento de la diabetes tipo 1 y tipo 2, más allá del uso de la insulina”, argumenta. Tanto es así, que en la actualidad hay más de 470 nuevos medicamentos en fase de I+D contra la diabetes y las complicaciones asociadas a la enfermedad, según datos aportados por Farmaindustria.
En concreto, se están investigando nuevas moléculas estimulantes de las células beta pancreáticas como los activadores de la glucoquinasa y fármacos destinados a corregir los defectos de las células alfa y beta pancreáticas. A continuación, la investigación en agentes farmacológicos que podrían selectivamente restaurar el balance energético es actualmente una perspectiva emocionante para futuros tratamientos para la diabetes mellitus tipo 2. Más allá de eso, la patronal de la industria farmacéutica española argumenta que el estudio de los cambios epigenéticos en las personas con diabetes, tanto en grupos de riesgo antes de que la enfermedad se haya desarrollado, como cuando ya está establecida, ayudará a identificar más genes candidatos que son regulados por factores epigenéticos y que podrían dar paso a nuevas terapias personalizadas. Otra de las vías en investigación tiene que ver sobre las insulinas de liberación más constante y homogénea con distintas duraciones de acción que presenten menores riesgos de hipoglucemia y, “aunque hasta ahora no se ha conseguido, se sigue trabajando en la obtención de insulinas inhaladas”, expresa Farmaindustria.
En el campo de la ingeniería biomédica, existen trabajos muy adelantados de medidores continuos de glucosa conectados a bombas de insulina que medirían constantemente la glucosa existente y darían órdenes para que se produjera una secreción de insulina que disminuyera la hiperglucemia. Por último, la investigación avanza también en relación a las células madre pluripotenciales capaces de reparar el daño de las células beta de los islotes en pacientes diabéticos para tratar personas con diabetes mellitus tipo 1.
“Como endocrinólogo con 21 años de experiencia, he tenido la oportunidad de investigar y facilitar el acceso a estas innovaciones, principalmente en el ámbito de la tecnología“, abunda Morales, a la vez que insiste en que “en España, la adopción masiva de monitores continuos de glucosa y sistemas como el FLASH ha revolucionado el control de la diabetes”. En cuanto a la diabetes tipo 2, señala que “el enfoque ha ido más allá del control glucémico, atacando el origen metabólico del sobrepeso y la obesidad“. En este sentido, menciona que la aparición de fármacos como los agonistas de GLP-1 y los inhibidores de SGLT-2 han marcado una innovación sin precedentes en el tratamiento de la diabetes tipo 2. “Estos avances han cambiado el paradigma de centrarse únicamente en el control de la hemoglobina glicada, y hoy nuestro objetivo se enfoca en el bienestar y la calidad de vida de los pacientes, además de la prevención de complicaciones”, confirma.
Tratamientos existentes
Los fármacos utilizados en el tratamiento de la diabetes tipo 2 actúan sobre distintos factores que contribuyen a la hiperglucemia. Estos medicamentos mejoran la secreción insuficiente de insulina, reducen la producción excesiva de glucosa en el hígado, impiden la reabsorción renal de glucosa, disminuyen la velocidad de absorción de glucosa en el intestino y actúan sobre la resistencia a la insulina, además de influir en la actividad de las incretinas. Farmaindustria admite que la insulina es el agente más potente para reducir la glucosa y recuerda que “ante la sospecha de un déficit grave de insulina, se debe iniciar inmediatamente la insulinización y tratar de diagnosticar el tipo de diabetes (tipo 1, autoinmune latente del adulto, secundaria a pancreatitis crónica, etc.)”. “Es el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 en el que existe un déficit absoluto de la secreción de insulina”, precisa.
En los casos de diabetes mellitus tipo 2 son varios los factores que entran en juego cuando se decide iniciar la terapia con insulina y la elección de la formulación inicial de la misma. “Estas decisiones, tomadas en colaboración con el paciente, dependen en gran medida de la motivación de cada paciente, de las complicaciones cardiovasculares y de las lesiones de órganos que presente, la edad, el riesgo de hipoglucemia, el estado general de salud, así como las consideraciones de coste”, subraya Farmaindustria. De la misma forma, expresa que “generalmente es utilizada en el tercer escalón terapéutico, cuando no se obtiene un control adecuado de la glucemia a pesar de utilizar dos o más fármacos hipoglucemiantes orales en dosis máximas”. En caso de problemas o de rechazo a la insulinización, se puede recomendar la triple terapia con fármacos no insulínicos. A las personas con diabetes tipo 2 se les ha de explicar desde el diagnóstico de la diabetes, y luego de manera regular y objetiva, el carácter progresivo de la misma y sus tratamientos.