Grifols tiene acuerdos de este tipo con todas las autonomías. La familia Grifols controla casi el 22% del capital desde sociedades en Holanda.
Todas las comunidades autónomas en España le compran la sangre que necesitan en sus hospitales a una sola compañía: la farmacéutica Grifols, la única firma catalana del Ibex 35 que decidió no trasladar su sede fuera de Cataluña tras la aventura independentista de Carles Puigdemont. La empresa disfruta desde hace al menos 25 años el privilegio de ser la única entidad autorizada en España para operar en este mercado. El monopolio de facto de Grifols en nuestro país consiste en el fraccionamiento del plasma humano, obtenido de las donaciones de sangre, que la farmacéutica catalana convierte en distintos tipos de fármacos y vende a los hospitales para su utilización en enfermos renales crónicos, con cirrosis hepática o con desnutrición grave, entre otros. El precio del litro de sangre procesado por Grifols pagado por los hospitales españoles alcanza en muchos casos los 85 euros.
Actualmente, Grifols tiene acuerdos de este tipo con todas las autonomías. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid tiene suscrito un contrato con la farmacéutica catalana, a razón de unos 10 millones de euros anuales, para el suministro de este plasma fraccionado para sus hospitales. El contrato de Castilla-La Mancha supera los 5 millones de euros.