La multinacional pone en marcha una planta productiva en sus instalaciones en Clayton (Estados Enidos) para fabricar un medicamento a partir del plasma de supervivientes de la enfermedad en Liberia. El primer lote estará listo en el primer trimestre de 2019.
Liberia fue uno de los países más afectados por el estallido del ébola en 2014. En total, contabilizó más de 10.000 infectados y casi 5.000 muertos hasta que se logró controlar el brote infeccioso dos años más tarde. En el peor momento de la epidemia, Grifols inició un proyecto experimental para tratar de encontrar una cura a la enfermedad. Ayer, en sus instalaciones de Clayton (EEUU), la multinacional de hemoderivados dio el primer paso para tratar de probar la efectividad del tratamiento.
La compañía presidida por Víctor Grifols Roura puso en marcha una fábrica especializada dentro de su complejo industrial en el estado de Carolina del Norte para producir una fármaco que contrarreste el virus. La terapia utiliza plasma de personas que han superado la enfermedad -y, por tanto, han desarrollado anticuerpos- y lo transforma en inmunoglobulina, una de las principales proteínas terapéuticas que vende el laboratorio, que debería actuar como refuerzo del sistema inmune de los pacientes.