Intentar definir qué es innovación y si un medicamento es más innovador o no que otros ha sido uno de los objetivos y las dificultades que se han encontrado tanto autoridades como industria a la hora de valorar un medicamento y ofrecer un precio acorde a ese grado de innovación. Nunca ha sido fácil ponerse de acuerdo y, por ello, uno de los trabajos del Ministerio de Sanidad durante la presente legislatura ha sido la elaboración de un algoritmo que permitiera objetivar e incluso puntuar numéricamente el grado de innovación de los medicamentos.
Intentar definir qué es innovación y si un medicamento es más innovador o no que otros ha sido uno de los objetivos y las dificultades que se han encontrado tanto autoridades como industria a la hora de valorar un medicamento y ofrecer un precio acorde a ese grado de innovación. Nunca ha sido fácil ponerse de acuerdo y, por ello, uno de los trabajos del Ministerio de Sanidad durante la presente legislatura ha sido la elaboración de un algoritmo que permitiera objetivar e incluso puntuar numéricamente el grado de innovación de los medicamentos.
Pues bien, el anuncio del inicio de los trabajos para diseñar ese mecanismo de valoración que el director general de Cartera Básica de Servicios del SNS, Agustín Rivero, realizó en una sesión de un curso de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander organizado por MSD en el verano de 2013, ya empieza a ser una realidad. Según ha avanzado el director general en otro curso de la UIMP, en este caso de Farmaindustria, ya está finalizado el desarrollo de la metodología y, en estos momentos, está siendo sometida a validación por parte de una universidad de Madrid. Un anuncio de gran importancia para el sector que, sin embargo, a causa del próximo final de legislatura y la ausencia de la metodología en el borrador del Real Decreto de Financiación y Precio de los Medicamentos, no termina de ver que realmente llegue a ser una realidad en el corto o medio plazo.