Esta cuestión se ha abordado en el marco del "Proyecto Vive", de Janssen.
En el marco del Proyecto Vive, que cuenta con la colaboración de Janssen, se ha celebrado recientemente en Salamanca un simposio de actualización para abordar cómo es el manejo del paciente joven en la psicosis, así como la importancia del abordaje precoz y la influencia de los tratamientos de larga duración en el pronóstico de la enfermedad.
En el primero de los talleres se puso de manifiesto que el diagnóstico de psicosis se establece en los primeros años de la vida adulta, entre los 15 y 30 años. Habitualmente, el debut es más tardío en mujeres y el consumo de sustancias, como el cannabis, puede adelantar hasta en 7 años la aparición de la psicosis. En esos años es habitual que el paciente se encuentre estudiando o comenzando su carrera laboral, lo que hace más necesaria una recuperación funcional completa y rápida.
La base de la intervención precoz en la psicosis está relacionada con la emergente evidencia científica de que los pacientes responden mejor a los tratamientos en los primeros años de enfermedad, especialmente en los dos primeros años tras el diagnóstico. “El tratamiento en esta fase inicial de la enfermedad se relaciona con un mejor pronóstico en los años posteriores, fomentando una recuperación progresiva. El tratamiento en esos primeros momentos es clave, por lo que es necesario que tanto los profesionales como los pacientes nos impliquemos en la mayor recuperación posible en esas primeras fases”, aconseja Adrián Neyra del Rosario, psiquiatra responsable del Programa de Psicosis y Patología Dual del Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín.