El acceso y financiación de las vacunas en España centró ayer la segunda mesa redonda del foro organizado por EL CORREO GALLEGO con la prevención como epicentro de los programas sanitarios de Galicia. En el coloquio participaron el presidente de la Alianza General de Pacientes (AGP), Antonio Bernal Jiménez; el pediatra del CHUS y coordinador de la Unidad de Investigación en Vacunas y el Grupo Genética, Vacunas, Infecciones y Pediatría del IDIS, y el vicepresidente de la Asociación de Derecho Sanitario, Julio Sánchez Fierro. Actuó como moderador Juan Jesús Gestal, decano de Medicina y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública.
Los expertos coincidieron en la vacunación como la mejor medida preventiva. Y en referencia al parámetro coste-eficiencia, recordaron que de los 1.4667 millones de euros de gasto farmacéutico, solo un 1,1% se destina a vacunas, un porcentaje que, señalaron, “invita a la reflexión”.
En su turno, el doctor Martinón, aseguró que las vacunas “son mejores de lo que imaginábamos, ya que además nos protegen contra otras enfermedades. Tienen un potencial increíble”. También señaló que pese al bajón experimentado en la incidencia de casos de meningitis B, “que haya un diez por ciento de mortalidad es inaceptable”.
Puso como ejemplo que en 2013, en el Reino Unido un debate suscitado por expertos, asociaciones de pacientes e investigadores sobre la vacuna del meningococo B “supuso que un año después ésta se incluyese en el calendario vacunal infantil”, tras un ejercicio de “diálogo y transparencia” que deseó que se dé en España, porque aquí prevalence el coste económico s
obre el criterio médico”.
Antonio Bernal, por su parte, como voz de los pacientes, suscribió las ventajas de las vacunas expuestas por Martinón, y recordó que los criterios economicistas “no deben ser cortoplacistas. Lo que dure un mandato”. Así, apostó por un gran pacto de Estado para que el Sistema Nacional de Salud “sea rentable, hoy y mañana, para que los pacientes no deban pensar en lo que cuesta o no un fármaco o una vacuna”.
Lamentó que las políticas sanitarias sean cortoplacistas, que pese a razonamientos tan aplastantes sobre los beneficios de las vacunas, al final solo se den pasos lentos por políticas sanitarias cortoplacistas”.
En su turno, S. Fierro concluyó que “las vacunas son salud pùblica pura y dura”. Calificó de “utópico” el objetivo de un calendario vacunal único. Nos hemos conformado con el común y eso es negativo, a
dvirtió.
El letrado señaló la necesidad de introducir regulaciones adicionales en torno a supuestos específicos de obligatoriedad de vacunación de profesionales y subrayó los límites sobre la decisión y responsabilidad de los padres sobre la vacunación de sus hijos.
En este punto, reflexionó sobre hasta dónde llega la patria potestad de unos padres que no vacunan a un hijo “porque pone en cuestión la salud de toda una clase”. Así, recordó que hay estados donde en los centros escolares “se vacuna sí o sí” y que la única excepción racional es que el médico considere que una vacuna no sea efectiva.
También expuso que “para avanzar en la prevención de las enfermedades infecciosas serian recomendables algunas modificaciones en la Ley General de la Salud Pública, además de una importante mejora en la dotación presupuestaria de la partida para financiar vacunas, que solo representa el 1,1% del gasto en salud pública”.
“¿Fiestas del sarampión cuando uno de cada mil niños muere? Inaudito”
Santiago. El doctor Federico Martinón, que habló como pediatra, investigador y padre, destacó el gran potencial de las vacunas exponiendo que “los fármacos vacunales de los que disponemos actualmente permitirían cinco millones de vidas cada minuto”. En su interv
ención, que acompañó con ilustrativas diapositivas, mostró noticias publicadas en algunos medios donde se referían a la moda de hacer fiestas del sarampión. “¿Cómo es posible que se organicen en casa de estos niños enfermos unas fiestas para sus amigos? Inaudito. Habría que mandar un furgón de la Guardia Civil a esa casa para detener a los padres de ese menor o es que no saben que uno de cada mil niños que sufre sarampión muere?”. El experto compostelano concluyó que se debería proteger el derecho del niño a ser vacunado.
“Tengo derecho a la mejor terapia aunque deba pagar un antigripal”
Santiago. Antonio Bernal, que por una hepatitis tuvo que ser trasplantado, quiso transmitir sentimientos, sensaciones, cómo viven los pacientes temas de las prevención sanitaria, como la vacunación. Felicitó a Martinón
por su defensa de las vacunas y su efectividad. “Se puede decir más alto pero no más claro. Has expuesto razonamientos aplastantes”, le indicó. Sin embargo, expuso que las políticas sanitarias “a veces van lentas” y lo achacó a un tema economicista. Por ello, aseguró que “los pacientes, sobre todo crónicos como yo, estamos dispuestos a no perjudicar al sistema de salud y si la apuesta es el autocuidado, no hay problema, me cuidaré. Si debo comprar un antigripal lo comparé, pero debo tener derecho al acceso a la terapia más innovadora del sistema público si la preciso”.
“Las vacunas, sin contar cr
iterios económicos, son salud pública pura y dura”
Santiago. Sánchez Fierro disertó sobre el régimen de financiación de las vacunas haciendo una distinción en tres categorías: las incluidas en el calendario vacunal único e integradas en la “cartera básica” de servicios del Sistema Nacional de Salud y con financiación pública al 100%: vacunas innovadoras, sin incluir en el calendario único, pero que pudiesen ser en principio incorporadas a la cartera “suplementaria” del sistema en concepto de prestación farmacéutica y que defendió que deberían contar al menos con una financiación parcial, y, en tercer lugar, habló de las vacunas autorizadas, con financiación privada. Frente
a los criterios económicos, defendió que las vacunas “son salud pública, pura y dura”, y recordó que en el último año se han salvado 3 millones de vidas gracias a las vacunas.