El grupo contra la resistencia antimicrobiana de Reino Unido llama a acelerar las aprobaciones
Las vacunas pueden jugar un papel crucial en la lucha contra la resistencia antimicrobiana, tal y como apunta el informe realizado por el Review on Antimicrobial Resistance (AMR), grupo de trabajo creado a petición del primer ministro británico, David Cameron, y que tiene por objetivo examinar la resistencia antimicrobiana. En mayo de 2016, este grupo, liderado por Jim O'Neill, el ex economista jefe de Goldman Sachs y secretario de Comercio para el Tesoro en el gobierno de Cameron, tendrá que presentar su informe final, donde propondrán medidas concretas para luchar con este problema de salud global.
En la última revisión publicada por el grupo de trabajo, bajo el título "Vaccines and alternative approaches: reducing our dependence on antimicrobials", se propone establecer un mejor uso de las vacunas y acelerar el desarrollo de las mismas para reducir la necesidad de usar antibióticos. En este sentido, insta a aumentar la financiación de los gobiernos, tanto para suministrar vacunas que ya están comercializadas, como para fomentar el desarrollo y la aprobación de otras que pueden ser cruciales.
De este modo, el AMR concluye que las vacunas que ya están comercializadas no se están utilizando como se debería. A nivel mundial, las vacunas neumocócicas y rotavirus alcanzan sólo entre el 18 y el 31 por ciento de los niños que podrían ser vacunados. Si la vacuna neumocócica se administra correctamente, dice el informe, podría salvar la vida de 800.000 niños menores de cinco años en todo el mundo y se podría ahorrar cada año 11,4 millones de días de consumo de antibióticos, casi la mitad del uso que se realiza a nivel global para esta enfermedad.
Pero también identifica la necesidad de desarrollar nuevas vacunas para tratar enfermedades específicas que pueden derivar en resistencia a antibióticos. En 2014, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recopilaron una larga lista de las bacterias resistentes que consideran las amenazas más graves para la salud global. De este modo, asegura que no existen vacunas disponibles para las consideradas de mayor urgencia, como la gonorrea resistente, Clostridium difficile, y bacterias tales como E. coli y Klebsiella, que se han vuelto resistentes a la última clase de antibióticos, los carbapenémicos, conocidos como CRE.
A diferencia de los antibióticos, señala el informe, las vacunas pueden aportar ingresos atractivos para las compañías pero el tamaño de los ensayos clínicos necesarios para su comercialización hacen que muchos candidatos se estanquen en las fases de desarrollo. Para mejorar estas perspectivas, el informe propone una financiación adicional para comprar las vacunas existentes para los países de bajos ingresos, así como para apoyar la investigación en etapas tempranas. Además, proponen la creación de compromisos de recompensa (compromisos anticipados de mercado o recompensas de entrada al mercado) para acelerar el acceso.
Apoyo de la industria
Desde la patronal británica de la industria innovadora, Abpi, han celebrado la publicación del informe, asegurando que "los nuevos antibióticos no pueden ser vistos como la única solución para hacer frente a la creciente amenaza de las infecciones resistentes a los antibióticos, y este informe reconoce el papel fundamental que las vacunas y otras alternativas pueden jugar en este problema de salud global", aseguró Virginia Acha, directora ejecutiva y de Investigación Médica e Innovación de la patronal.
"Como industria, nuestro objetivo es apoyar el desarrollo de nuevas vacunas para hacer frente a necesidades médicas no cubiertas", señaló. Desde su punto de vista, las vacunas son claves para prevenir la morbilidad y mortalidad por enfermedades infecciosas. A su manera de ver, "las vacunas también pueden desempeñar un papel importante en la reducción del desarrollo de resistencia a los antibióticos en todo el mundo como parte de un enfoque múltiple para hacer frente a esta amenaza". De este modo, consideró que el informe identifica correctamente "una prioridad inmediata de realizar un uso adecuado de las vacunas que ya se han desarrollado, así como favorecer y fomentar su desarrollo".
Por último, Acha explicó que la industria está dispuesta a desempeñar su parte, tal y como se puso de manifiesto, en la declaración recientemente lanzada en Davos, "donde junto a nuestros miembros y socios, mostramos nuestro apoyo para luchar contra este problema de salud global".
Crear un fondo global
En mayo, el mismo grupo de trabajo publicaba otro informe en el que llamaba a crear un fondo global común para el desarrollo de nuevos antibióticos. Un fondo que debería estar dotado de entre 16.000 y 37.000 millones de dólares (14.400 y 33.300 millones de euros respectivamente) para el desarrollo de 15 nuevos antibióticos en diez años. De lo contrario, apuntaba el informe, para 2050 morirán 10 millones de personas anualmente solo por la acción de virus o bacterias resistentes a los antibióticos.
La propuesta instaba a la creación de un programa que promueva el desarrollo de nuevos antibióticos que alcanzaría los 33.300 millones de euros en la próxima década. El Estado le haría un pago fijo a las compañías cuando saquen al mercado un nuevo antibiótico. Esta medida sólo supondría un aumento de menos del 10 por ciento de lo que a día de hoy el mundo se gasta en antibióticos, que alcanza los 40 millones de dólares anuales (36.000 millones de euros).