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13/11/2024 12:09:09
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La industria farmacéutica aporta un valor de 310.000 millones a la UE, pero enfrenta desafíos de competitividad

En España, el sector contribuye con un total de 24.002 millones de euros de valor añadido bruto, siendo el séptimo país de Europa con más aportación

La industria farmacéutica en Europa se ha consolidado como un sector de alto impacto económico y productividad, gracias a un crecimiento constante en inversión en investigación y desarrollo (I+D). Desde 2010, la inversión en I+D ha crecido en un promedio anual de 4,4%, impulsando el desarrollo de productos farmacéuticos innovadores y convirtiendo a este sector en un motor clave para la economía europea. Un informe de la consultora PwC para la patronal de la industria farmacéutica europea, EFPIA, sostiene que en 2022, la industria farmacéutica contribuyó con un valor añadido bruto (VAB) de 311.000 millones de euros en la Unión Europea, destacándose como una de las industrias más productivas del continente y creando empleo de calidad. En el caso de España, el documento señala que el sector contribuye con un total de 24.002 millones de euros de VAB, siendo el séptimo país de Europa con más aportación, y con 265.325 puestos de trabajo generados, lo que sitúa a España como el cuarto país europeo en este apartado, solo por detrás de Alemania, Francia e Italia.

Sin embargo, este crecimiento sostenido enfrenta una creciente competencia global. Mientras el gasto en I+D en Europa ha progresado, su tasa de crecimiento ha sido superada por la de Estados Unidos (EEUU) y, especialmente, China, donde la inversión en I+D en productos farmacéuticos ha experimentado un aumento anual del 20,7% desde 2010. Otro informe elaborado por la consultora IQVIA para la EFPIA, y Vaccines Europe, admite que entre 2013 y 2023, el número pacientes reclutados para ensayos clínicos impulsados por la industria en todo el mundo aumentó un 12%, pero el porcentaje de europeos se redujo un 20%. Tal y como recoge el documento, estos datos se reflejan en que 60.000 pacientes europeos han perdido la oportunidad de acceder a nuevos medicamentos en fase experimental en los últimos cinco años. “Esta situación plantea importantes desafíos para el sector europeo, que ahora debe hacer frente a una posible pérdida de liderazgo en la innovación farmacéutica y en el desarrollo de nuevos medicamentos en un mercado cada vez más competitivo”, precisa el documento de PwC.

Entre 2010 y 2022, el gasto en I+D en el sector farmacéutico creció un 5,5% anual en Estados Unidos, frente al 4,4% en Europa, y en China la inversión en este ámbito creció a un sorprendente 20,7% anual, partiendo de una base relativamente baja pero que ha logrado alcanzar niveles significativos en la última década. En términos absolutos, Europa destinó 46.200 millones de euros a la I+D farmacéutica en 2022, mientras que Estados Unidos y China alcanzaron los 71.500 millones y 14.800 millones de euros, respectivamente.

Estas diferencias en la inversión han tenido un efecto directo en el descubrimiento de Nuevas Entidades Moleculares (NME), medicamentos innovadores que contienen nuevos principios activos y representan un avance significativo en el tratamiento de enfermedades. Mientras que Europa y Estados Unidos mantenían cifras similares en el descubrimiento de NME hasta 2013, a partir de entonces se observa una divergencia notable, con Estados Unidos tomando la delantera gracias a su mayor inversión en I+D. Entre 2018 y 2023, Europa generó 91 NME, mientras que Estados Unidos produjo 187, y China, aunque invirtiendo significativamente menos en términos absolutos, logró desarrollar 75 NME. Este cambio subraya el impacto de la inversión en la capacidad de innovación del sector y plantea dudas sobre la posición futura de Europa en la creación de nuevos medicamentos.

En palabras de Nathalie Moll, directora general de la EFPIA, “desde el punto de vista económico, el sector está dando resultados para la UE. Sigue siendo fundamental para la salud y la seguridad económica de Europa, a pesar de un número creciente de limitaciones”. “A pesar de que el gasto en I+D crece lentamente, la magnitud y el ritmo de las tendencias a la baja de la cuota mundial de Europa en inversión en I+D demuestran que sólo queda un tiempo limitado para dar la vuelta a la situación”, confirma.



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