Un nuevo estudio de IQVIA analiza las tendencias globales en I+D, incluyendo niveles de inversión y áreas terapéuticas clave.
Los niveles de inversión en I+D se han recuperado en 2023 después de un acusado declive desde los máximos de los años 2020 y 2021. Aunque el número de alianzas selladas para dar impulso a estos proyectos ha decaído, el perfil y el alto valor de los acuerdos indican que existe un “firme interés” por parte de los inversores y los innovadores en la próxima generación de tratamientos, escriben los autores del informe IQVIA ‘Tendencias globales en I+D’, recientemente publicado.
Los niveles de financiación de las compañías biofarmacéuticas han alcanzado los 72.000 millones de dólares en 2023 (en 2022 fueron 61.000), aunque todavía no han vuelto a los niveles máximos de 2020 y 2021. La factura de I+D que las compañías publican ha batido su propio récord con 161.000 millones de dólares el año pasado. Es un incremento que roza el 50% desde 2018, y un porcentaje histórico respecto a las ventas: 23,4% de su facturación.
Los ensayos clínicos se han reducido a niveles prepandémicos, un 15% por debajo de la actividad de 2022 y un 22% menos que en 2021, cuando se registraba el pico de actividad investigadora relacionada con la infección por SARS-CoV-2.