Hasta seis posibles damnificados en el Servet, que dejó de usarlo en el 2014. El compuesto podría haber provocado ceguera en el País Vasco
Sanidad investiga si la utilización de un compuesto sanitario en mal estado pudo provocar afecciones en pacientes aragoneses operados de desprendimiento de retina. Según confirmaron ayer a este diario fuentes del Ejecutivo autonómico, estarían siendo investigados los casos de entre cuatro y seis personas que habrían sido tratados con este producto en el hospital zaragozano Miguel Servet.
Las pesquisas, que se están llevando a cabo a nivel nacional, afectan especialmente al País Vasco, donde el servicio de Salud ha abierto la investigación tras cuatro denuncias de pacientes por ceguera que habían sido operados en junio en el hospital Donostia. En Aragón, la posible afección no habría tenido consecuencias tan graves, según la DGA. "El Servet detectó que podía dar problemas a raíz de algunas complicaciones surgidas en varios pacientes y dejó de usarlo en el 2014, pero ninguna de las personas que pudieran estar afectadas se ha quedado ciega. Es más, ni siquiera está acreditado que sus problemas sean como consecuencia del uso de este producto porque esta intervención puede causar bastantes complicaciones posteriores que no tendrían que ver con el compuesto", matizaron desde el Departamento de Sanidad. No ha trascendido si los pacientes que pudieran haberse visto afectados por esta partida defectuosa han presentado denuncia o no.
PARTIDA RETIRADA
Los pacientes fueron tratados con perfluoroctano, un compuesto sintético que se utiliza en la cirugía ocular para reparar desprendimientos de retina, comercializado en este caso bajo la marca comercial Ala Octa. Se trata de una partida defectuosa de este producto, ya retirado por la Agencia Española del Medicamento, que emitió la primera alerta el pasado mes de julio.
Según indicaron desde la Administración sanitaria, este producto --no medicamento-- está en contacto con el ojo durante un tiempo determinado en función de la intervención. Su fabricación corre a cargo de distintos laboratorios aunque en el Servet se distribuía uno alemán. En cuanto detectó los posibles problemas, el hospital zaragozano lo notificó a la Sociedad Española de Retina y Vítreo, que, a su vez, expuso al ministerio los efectos secundarios del compuesto.