Noticia de Contratación

Este sábado se celebra la segunda edición del examen de certificación del Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, una iniciativa pionera en toda Europa. El objetivo de conseguir esta acreditación es contrastar el conocimiento individual del propio código entre los profesionales que tienen relación con la industria farmacéutica en nuestro país. No obstante, habrá más convocatorias, ya que confirman que se convertirá en una cita anual.

La cifra de personas que se presentan a esta prueba es similar a la de la primera vez, cerca de un centenar. Por lo tanto, el ejercicio parece consolidarse en el sector que también pone la vista en el futuro. "Estamos muy satisfechos con el nivel de interés que ha despertado la certificación. Es una iniciativa que tiene un recorrido a medio y largo plazo y vamos a celebrarla todos los años", explica José Zamarriego, director de la Unidad de Supervisión Deontológica (USD) de Farmaindustria, en declaraciones a Redacción Médica.

A través de este ejercicio voluntario se pretende reconocer el esfuerzo y el mérito de quienes estudian en detalle el sistema de autorregulación y las buenas prácticas de la industria farmacéutica. No obstante, está abierto a todas aquellas personas que tengan relación con el sector como organizaciones sanitarias, agencias de comunicación, profesionales que realizan estudios de mercado, organizaciones de pacientes, sociedades científicas, organizadores de congresos profesionales y secretarías técnicas, etc. En definitiva, a los que conforman el ecosistema sanitario.

De hecho, Zamarriego apunta que más de la mitad de los que se presentan a esta segunda edición no trabajan en la industria pero sí que colaboran con ella, lo que demuestra que el Sistema de Autorregulación de la industria farmacéutica en España genera interés más allá de su círculo. Concretamente, esta cita tendrá lugar a las 10:00 de este sábado de manera simultánea en Madrid (Hotel NH Príncipe de Vergara) y en Barcelona (Hotel 1898).

"Esta certificación tiene un rigor y puede servir también para reivindicar el desarrollo profesional de quienes la aprueban al demostrar una serie de conocimientos. Las compañías farmacéuticas y las empresas colaboradoras necesitan buenos profesionales y si pueden demostrar este conocimiento tendrán un punto de apoyo más en el desarrollo profesional", sostiene Zamarriego.