Eli Lilly anunció una inversión de al menos 27.000 millones de dólares para construir cuatro nuevas plantas de fabricación en EE.UU. durante los próximos cinco años, generando más de 3.000 empleos especializados y 10.000 puestos en construcción. Este movimiento responde a la posible imposición de aranceles a la importación de medicamentos por parte de la administración Trump, quien ha presionado a las farmacéuticas para trasladar su producción al país. El CEO de Lilly, David Ricks, expresó su deseo de que los suministros médicos queden exentos de estas tarifas y destacó el impacto positivo de las reformas fiscales de la primera administración Trump en las inversiones de la compañía.

Además de fabricar ingredientes farmacéuticos y medicamentos inyectables, estas nuevas plantas elevan la inversión total de Lilly en manufactura estadounidense a más de 50.000 millones de dólares desde 2020. La compañía, ahora la más valiosa del sector salud con una capitalización de más de 855.000 millones de dólares, también espera colaborar con la nueva administración para concretar una norma que obligaría a Medicare y Medicaid a cubrir fármacos para la pérdida de peso como su medicamento Zepbound. Mientras tanto, Trump aún no ha descartado aplicar aranceles, a pesar de la política de eliminación recíproca de tarifas para productos farmacéuticos vigente desde hace 30 años.