Grifols cerró 2024 con un beneficio neto de 156,9 millones de euros, casi cuadruplicando sus ganancias respecto a 2023 (+270,8%). Este crecimiento se debe en parte a la reestructuración de costos realizada el año anterior y a la mejora en sus resultados operativos, con un EBITDA de 1.779 millones (+21,7%). La compañía también redujo su deuda en un 12,7%, pasando de 10.527 millones a 9.187 millones de euros, gracias a la venta de su participación en la china Shanghai Raas y la emisión de bonos garantizados. Además, sus ingresos alcanzaron los 7.212 millones (+9,4%), impulsados por el área de Biopharma y Bio Supplies, aunque el segmento de diagnóstico cayó un 3,8%.

En términos de mercado, Grifols mantiene una fuerte presencia en EE.UU. y Canadá, donde sus ingresos aumentaron un 4,8%. También experimentó un crecimiento notable en Europa (+19,3%) y en el resto del mundo (+13,2%). La compañía trabaja en el desarrollo de un tratamiento de fibrinógeno, con aprobación prevista en EE.UU. para finales de 2025 y en Europa en el tercer trimestre. De cara a 2025, Grifols busca seguir reduciendo su apalancamiento y consolidar su estrategia sin desinvertir en diagnóstico. Asimismo, anunció cambios en su dirección, con Anne-Catherine Berner como futura presidenta no ejecutiva.